La demografía es un factor determinante a considerar al tomar decisiones de negocio, de
inversión o prácticamente cualquier tipo de decisiones. Actualmente estamos viviendo
patrones demográficos sin precedentes en términos poblacionales. Del año 1000 al 1800
la población oscilaba entre los 350 millones de personas; actualmente somos alrededor
de 8000 millones de personas.
La demografía, como gran metafactor, tiene tres variables. La primera es la explosión
demográfica, que supone un incremento acelerado de población de 1960 al año 2000,
periodo en el que nacieron casi 4000 millones de personas, principalmente en Asia y en
situaciones de pobreza. Hoy lo que está pasando con buena parte de esa población es
que empieza a convertirse en población clase media. Pero al mismo tiempo esto supone
una recomposición del consumo global, del poder adquisitivo y las economías.
El segundo factor es el envejecimiento contra los bonos demográficos. Hoy en día
tenemos unas regiones del mundo, como puede ser Europa, que casi en su totalidad
están envejeciendo, mientras tenemos otras regiones con poblaciones maduras, pero más
o menos jóvenes, como México y Latinoamérica, la India y África, que tienen
poblaciones sumamente jóvenes. Esto implica un desarrollo muy distinto en una región o
en otra, aunque también una ventaja o desventaja para los negocios.
El tercer factor es la migración, que resulta, en buena medida, de los dos puntos
anteriores ya que las personas se mueven en busca de oportunidades, crecimiento o
educación. Estas corrientes migratorias provocan, por una parte, un multiculturalismo que
antes no existía. Hoy lo que vemos es un mundo mucho más conectado, pero también
más polarizado por la misma migración.
