¿Por qué implementar inteligencia artificial en la empresa?
Una empresa puede desplegar sistemas de inteligencia artificial en áreas clave para mejorar el control, la medición y la toma de decisiones. Estos ámbitos suelen estar relacionados con la rentabilidad, la productividad y la eficiencia operativa.
Control no es vigilancia: redefiniendo el concepto
En IPADE, el control no se entiende como vigilancia o “policía”, sino como la capacidad del director para alinear a las personas con la estrategia de la empresa, evitando sorpresas relevantes. La IA permite no solo monitorear, sino también aprender del comportamiento organizacional para guiarlo hacia los objetivos deseados.
El riesgo de usar IA como herramienta de presión
Muchas empresas implementan IA para identificar comportamientos improductivos y mejorar márgenes. Aunque logran resultados, también generan efectos adversos: los colaboradores se sienten vigilados, exprimidos y eventualmente se van. El sistema se percibe como un “Big Brother” más que como una herramienta de aprendizaje.
IA en entornos de aportación, no de repetición
La IA no se limita a procesos operativos repetitivos. También se aplica en áreas donde se requiere aportación intelectual, creatividad y toma de decisiones. En estos casos, el control debe ser más estratégico que coercitivo.
Las cuatro palancas del control estratégico
Desde la perspectiva de IPADE, existen cuatro palancas para influir en el comportamiento organizacional:
• Valores: Creencias que el director desea transmitir.
• Sistema de límites: Lo que no se permite, el “por ahí no”.
• Sistema de diagnóstico: KPIs, incentivos y mediciones.
• Sistema interactivo: Interacciones uno a uno que revelan incertidumbres estratégicas.
Estas palancas permiten ajustar el comportamiento sin perder la dimensión humana.
Volver al origen: el verdadero alcance del liderazgo
El Dr. Carlos Llano enseñaba que el verdadero reto del liderazgo no es lograr que la gente haga lo que debe, sino que quiera hacerlo. Las causas del bajo desempeño suelen reducirse a tres:
• La persona no puede → se le brindan herramientas.
• La persona no sabe → se le enseña.
• La persona no quiere → se le motiva o se le deja ir.
Medir vs. confiar: ¿dónde está el equilibrio?
En el mundo del control, se suele decir: “Stop trusting, start measuring.” Sin embargo, la confianza también es una herramienta de liderazgo. Como todo atributo, puede pecar por exceso o por defecto. El reto está en encontrar el punto justo: confiar lo suficiente para generar compromiso, pero medir lo necesario para asegurar resultados.
La inteligencia artificial puede potenciar el control estratégico en las empresas, siempre que se utilice para alinear a las personas con un propósito y no como mecanismo de presión. El verdadero liderazgo no busca que la gente obedezca, sino que quiera contribuir. Medir sin perder la confianza es el nuevo equilibrio directivo.